Rumanía
Unas 300.000 personas salen a las calles de Bucarest, Timisoara, Cluj, Iasi y Sibiu desde hace 2 días para manifestarse en contra de la decisión del gobierno socialdemócrata de despenalizar, mediante un decreto de urgencia, una serie de delitos de corrupción que beneficiarán al partido en el poder, su líder Liviu Dragnea y sus asociados. [1] Las embajadas de Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Holanda y los Estados Unidos han emitido un comunicado conjunto expresando su profunda preocupación por las acciones del gobierno, que han “minado el progreso de Rumanía en los 10 últimos años (desde su adhesión a la Unión Europea) en lo que concierne a la aplicación de la ley y la lucha contra la corrupción”. [2] Añaden que este decreto no hará sino dañar la reputación de Rumanía ante la comunidad internacional, además de arriesgar asociaciones con otros países basadas en valores comunes inherentes a los principios fundacionales de la Unión Europea y la OTAN.
Sudán
En un reciente simposio organizado por la Asociación de Bancos en Jartum, el asesor político y económico de la Embajada estadounidense en Sudán, David Scott, indicó que los siguientes 6 meses serán decisivos para determinar el futuro de las sanciones impuestas sobre el país por parte de EEUU. La administración Obama decidió reducir las sanciones el pasado 13 de Enero, anunciando que el levantamiento total de las mismas dependería de la evolución de los acontecimientos hasta Julio. La reciente restricción impuesta por el Presidente Trump a Sudán y otros 6 países preocupa a un país clave en la lucha anti-terrorista en el Este de África, como indica el que la CIA tenga una presencia sobresaliente en Jartum. [3]
Yemen
La Guerra civil en Yemen se recrudece. La ONU ya ha confirmado más de 10.000 muertos y 3 millones de refugiados. [4] El conflicto sigue los patrones clásicos de las guerras de poder de la Guerra Fría, con varias potencias extranjeras implicadas. Por un lado, Irán apoya la rebelión Houthi en el norte del país, mientras Arabia Saudí apoya al régimen vigente, con la implicación directa de Estados Unidos. De hecho, esta semana se confirmó la primera baja estadounidense en el conflicto yemení, dentro de una operación de los Navy SEALS que el gobierno yemení ha calificado de “terrorismo de estado”. En este contexto, rebeldes Houthis atacaron ayer un barco de combate Saudí al oeste del puerto de Hodeidah, causando 2 muertos y 3 heridos entre la tripulación. [5]
Irán
La administración Trump, muy oportunista, ha aprovechado el incidente yemení para apuntar a Irán y acusarle de pretender desestabilizar la región. Unido a las acusaciones iniciadas por Israel sobre un ensayo de un misil balístico por parte de Irán, lo que violaría la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU, esto ha resultado suficiente para que el asesor de seguridad nacional Michael Flynn advierta a la comunidad internacional de que a partir de ahora Irán está «avisado», sin aclarar exactamente el alcance o significado de ese estado. [6] [6a] La administración Trump parece encontrarse cada vez más cómoda en un marco de análisis estilo Nueva Guerra Fría, algo muy peligroso, como advirtiera recientemente Mikhail Gorbachev, pero inevitable, dado su enfoque neo-nacionalista. [7]
Australia
En un episodio muy embarazoso para el gobierno australiano, Trump ha vuelto a usar Twitter para quejarse de un trato realizado entre los australianos y la administración Obama por el que 1.200 refugiados serían transferidos a Estados Unidos en vez de aceptados en Australia. [8] Los refugiados se encuentran en centros de internamiento en la pequeña nación de Nauru y la isla de Manus en Papua Nueva Guinea, en el marco de una polémica política migratoria híper restrictiva que viola la convención internacional sobre los refugiados de 1951, como la ONU se ha encargado de advertir a Australia repetidamente. [9] Bajo el lema “Stop the boats”, refiriéndose a embarcaciones que transportan a refugiados desde las costas de Indonesia en una larga y peligrosa travesía, sucesivos gobiernos laboristas y conservadores han mantenido una política de rechazo hacia los refugiados, negándoles toda posibilidad de ser aceptados en Australia si intentan llegar a sus costas de forma irregular. Los refugiados capturados en alta mar son enviados a centros de internamiento y realojados en terceros países como Papúa Nueva Guinea o Camboya. Tras numerosas protestas en Australia, el gobierno se comprometió recientemente a cerrar los campos de internamiento, que incluyen a menores de edad, acordando con el gobierno de Obama que los refugiados fueran aceptados en EEUU, algo a lo que ahora Trump parece negarse. Según fuentes de la Casa Blanca, la conversación con Malcolm Turnbull, primer ministro australiano, ha sido “la peor” hasta ahora entre Trump y una autoridad extranjera. [10] Este hecho llama mucho la atención, dada la condición de los australianos de fuerte aliado de EEUU.