Tras la reciente introducción por parte de un grupo de congresistas republicanos de una propuesta de ley para cancelar la pertenencia de los Estados Unidos a las Organización de las Naciones Unidas, parece reforzarse el debate sobre el papel global de la misma, habitualmente cuestionado desde varios gobiernos e instituciones. [1]
Las claves:
- Nikki Haley, ex-Gobernadora de Carolina del Sur, será la nueva Embajadora de EEUU ante las Naciones Unidas. Haley carece de experiencia internacional relevante y recientemente se ha mostrado muy crítica sobre la razón de ser y funciones de la ONU. La Embajadora será un miembro más del gabinete Trump, algo no siempre habitual para ese puesto. Parece que en un sentido o en otro la relación ONU-EEUU se presenta como una prioridad para la nueva administración. [2]
- Una de las críticas más comunes entre los legisladores estadounidenses está relacionada con la financiación de la organización por parte de EEUU (a cargo de alrededor del 22% del presupuesto total de las Naciones Unidas), y con los beneficios que el país percibe como compensación. Si bien es cierto que EEUU es el principal financiador de la institución, no lo es menos que se trata sin duda del país con mayor presencia global, y por lo tanto con mayores intereses que defender. Cabe destacar que la aportación estadounidense representa solo el 8% de su presupuesto federal para asuntos internacionales, y el 1% del presupuesto total del gobierno. [3] [4]
¿Para qué sirve la ONU?
- La Organización de las Naciones Unidas fue creada en 1945 sobre las cenizas de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto con el firme objetivo de evitar que la Humanidad volviera a cometer los mismos errores. Consistentemente con ese objetivo, se empezaron a redactar y firmar numerosos acuerdos legales internacionales sobre los Derechos Humanos para garantizar su defensa en todos los lugares del planeta. La principal función de la ONU es implementar, administrar y aplicar la autoridad conferida por dichos acuerdos. Simple y llanamente, la ONU es la única estructura supranacional con criterio, legitimidad y autoridad potencial para garantizar los Derechos Humanos y la paz mundial, ni más ni menos. Sin alternativa válida por el momento, su desaparición dejaría tales funciones en las manos de gobiernos nacionales actuando unilateralmente, como ocurrió recientemente en los casos de la invasión de Iraq por parte de EEUU, el ataque del gobierno de Sri Lanka sobre los Tigres Tamiles, la anexión de Crimea por parte de Rusia, o la constante invasión israelí de los territorios ocupados en Palestina – todos ellos eventos al margen del marco legal de las Naciones Unidas que provocaron el rechazo de la inmensa mayoría de la Comunidad Internacional.
- Más allá de la defensa de los Derechos Humanos y el mantenimiento de la paz, la ONU ha evolucionado en una organización multifuncional y una plataforma para el consenso internacional que contribuye a solventar los principales problemas globales. Antes de la extinta Liga de las Naciones y la actual ONU, el mundo no disponía de los lugares y mecanismos comunes para sentarse a dialogar sobre sus principales problemas. Sin las Naciones Unidas, no habría acuerdos internacionales sobre el cambio climático, el desarrollo internacional o las leyes de la guerra. En la actualidad, la organización participa en hasta 70 áreas de importancia capital; un amplio abanico de actividades que van desde la no-proliferación de armamento nuclear hasta la promoción de los derechos y bienestar de las mujeres. [5]
- Sin embargo, la ONU no funciona de manera eficiente, y los resultados de su gestión son muchas veces cuestionables. A parte de grandes desastres como la incapacidad del Consejo de Seguridad para alcanzar un acuerdo sobre el conflicto en Siria, las diferentes agencias que conforman la organización son muchas veces criticadas con razón.
Algunos de los puntos en los que se reclaman mejoras son los siguientes:
- La necesidad de un ejército permanente. Sin el mismo, cuya existencia solicitaron los mismos fundadores de la ONU, la capacidad de acción de la organización está limitada. Un ejército con la autonomía de actuar como fuerza de paz allá donde fuera necesario probablemente requeriría la eliminación del derecho de veto de las 5 grandes potencias en el Consejo de Seguridad (EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia y China), algo a día de hoy impensable.
- El respeto de los Derechos Humanos. El actual Consejo de Derechos Humanos no tiene autoridad global para imponer la legislación vigente, una autoridad reservada exclusivamente al Consejo de Seguridad. Por lo tanto, su papel se ve a menudo reducido al de beligerante espectador ante situaciones de abuso, sin un impacto mucho mayor del que puedan tener ONGs como Médicos Sin Fronteras, Amnistía Internacional o Human Rights Watch.
- Falta de concreción para el desarrollo internacional. Los planes para el desarrollo social y económico de los países menos favorecidos son normalmente inocuos esfuerzos basados en firmes ideales pero sin capacidad real de aplicación. [6]
- Mayor poder ejecutivo para la Asamblea General, conformada por los 193 estados miembros. Actualmente todo el poder ejecutivo está concentrado en el Consejo de Seguridad, un órgano con representación de sólo 15 países; los 5 permanentes anteriormente mencionados y 10 puestos rotatorios. Una Asamblea con mayor poder de decisión y ejecución podría parecerse un poco más a un parlamento global.
No obstante, la principal debilidad de los críticos más fehacientes de las Naciones Unidas reside en su incapacidad de plantear una alternativa válida. A pesar de sus muchas imperfecciones, la Organización de las Naciones Unidas es hoy por hoy la mejor (y por ahora, única) alternativa para alcanzar acuerdos globales sobre los asuntos geopolíticos más complejos y conflictivos. Mientras tanto, el debate sobre su conveniencia y capacidad sigue abierto, como se demostró recientemente en la conferencia de Davos. [7] Las próximas acciones de su mayor benefactor (¿y beneficiado?), el gobierno de los Estados Unidos, serán absolutamente decisivas para el futuro de la organización.
[…] remotas en el tiempo, antes de la existencia e influencia de instituciones supranacionales como la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea o la Unión […]
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