Si Le Pen se impone en las elecciones de Francia el próximo Mayo, es una posibilidad real. El neo-nacionalismo es una respuesta airada a la globalización, con tintes autoritarios.
Se trata de un retorno a la soberanía de la Nación-Estado y al unilateralismo tradicionalmente defendido por Rusia y China. Además adopta parte del discurso tradicional de la izquierda al exigir menos poder para las élites, mayor igualdad económica e incluso un rechazo a las guerras. La incertidumbre se cierne sobre el futuro de las relaciones internacionales
