– Militarización de la política exterior. Los objetivos económicos y geo-estratégicos de EEUU van a ir de la mano. El control de la estrategia pasará del Consejo de Seguridad Nacional (político) al Pentágono (militar).
– Nacionalismo y aislacionismo: Los intereses de EEUU van a ser la gran prioridad de ahora en adelante.
– OTAN: Trump opina que EEUU lleva todo el peso de la organización, y eso debe cambiar. De lo contrario, no parece ser su mayor fan.
– Rusia: Tanto Trump como Putin se muestran muy optimistas sobre un nuevo comienzo en las relaciones entre sus países, lo que puede dar lugar a alianzas puntuales sin precedentes, empezando por la lucha contra el ISIS.
– Independencia energética: Aumento de explotación de recursos energéticos en EEUU a través del fracking, para reducir la dependencia de Oriente Medio y en concreto Arabia Saudí.
– Corregir el giro estratégico de Obama hacia Asia-Pacifico para evitar poner “todos los huevos en la misma cesta”